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jueves, 5 de julio de 2018

Canarias 7

Exposiciones

Arte estival con musicalidad y el juego del gua

En el caso de San Antonio Abad, con motivo del centenario de Leonard Bernstein, ocho artistas canarios han interpretado a través de sus obras la pieza del compositor, tras leer la novela satírica de Voltaire en la que se inspira. El resultado permite apreciar «el perfume de la realidad plástica canaria», señaló el comisario de Cándido-Candide, el madrileño Luis Francisco Pérez. «Solo conozco a una persona en este país que sepa tanto de artes visuales como de música», dijo el director del CAAM, Orlando Britto, refiriéndose al crítico y melómano que eligió a ocho isleños para este proyecto.
La partitura visual resultante se ha construido con propuestas irónicas y divertidas; como la de Martín y Sicilia, que extienden la crítica de la novela al pesimismo existencial con un autorretrato en el que aparecen bailando frente a un edificio en llamas, o la de Paco Rossique, que propone un lúdico políptico conformado por 108 idiogramas abiertos a múltiples interpretaciones. Por su lado, Juan Carlos Batista crea dos composiciones con la silueta del músico formada por lunares, dentro de los cuales aparecen elementos canarios -flora autóctona y tomates- aludiendo a sus visitas a la isla. Macarena Nieves Cáceres ironiza sobre la solemnidad y puritanismo con los que revestimos las cosas a través de una instalación y una videoinstalación. Carlos Rivero pone en diálogo a distintos personajes en 19 pinturas. Mientras que Laura Gherardi, en tres instalaciones pictóricas, reflexiona sobre la supuesta fragilidad femenina y su capacidad para sobreponerse a todo. También la mujer, en concreto su objetualización, centra dos fotos de Karina Beltrán, que exhibe su propia partitura visual en Leer la piel, 39 cuadros donde intercala tramas dibujadas y cosidas en papel milimetrado y fotos de jardines.
Más dramática es la impactante y bella fotoinstalación de Alexis W. en la que, con retratos arrugados, plantea la disolución de la existencia. Su propuesta se completa con una alfombra de rostros de personas jóvenes y viejas, que antecede a un vídeo inspirado en los canarios que emigraron a Venezuela.
Patio de juegos.
La segunda exhibición busca nuevos públicos para el CAAM, siguiendo la estela de la muestra protagonizada el pasado verano por el skater australiano Shaun Gladwell.
Esta vez, el público será más intergeneracional porque el reclamo lúdico es el boliche; «un elemento que atañe a la memoria colectiva prácticamente de todos los pueblos, ya que aparecen en la cultura mesopotámica, y tiene una amplitud metafórica enorme porque son microplanetas. Es un elemento usado por muchos artistas», indicó Britto.
La propuesta se despliega en un patio con tres campos de juego diseñados por Pedro Déniz para jugar a media cuarta, pata y gua, entre otras modalidades.
El fotógrafo etíope Teddos Teffera expone doce imágenes donde el brillo de las esferas de cristal iluminan escenas oscuras, creando un efecto mágico. Su propuesta se complementa con los trabajos de seis artistas inspirados en los boliches: una instalación y un objeto de Pedro Déniz, las fotos con las que Gregorio González resume su infancia, la evocación de la niñez a través de la instalación de Luisa Urréjola, la colección tasada de boliches de Cris Noda, el audiovisual de Paco Rossique y la acción que Analía Beltrán realizará este jueves.
Apertura.
Cándido-Candide se inaugura este jueves a las 20.00 horas en San Antonio Abad. Se podrá ver hasta el 21 de octubre. Boliches/Marbles se abrirá el mismo día, a las 20.30 horas, y se exhibirá hasta el 26 de agosto. Durante la inauguración, Analía Beltrán ofrecerá una performance. Luego, la música correrá a cargo de Sergio Palmer.