Paula Pinero explora el sonido desde su ‘habitación
propia’ en el CAAM
Inspirada en el ensayo de la escritora Virginia Woolf, la
artista tinerfeña presentará este jueves una pieza inmersiva dentro del ciclo
‘CAAMsonora’
La artista tinerfeña Paula Pinero. / LP / DLP
Las Palmas de Gran Canaria29 JUL 2025 19:40
Actualizada 29 JUL 2025 19:41
No hay escenario, ni partitura, ni fronteras claras entre
intérprete y espectador. Lo que hay es una habitación, no literal,
sino sonora, mental y simbólica. Un espacio que se construye en
tiempo real, con instrumentos repartidos por la sala, con un
cuerpo femenino que se mueven entre ellos, con capas electrónicas que
rodean al público como un rumor interior. Así es Una habitación
propia, la intervención que la artista canaria Paula Pinero presenta
este jueves 31 de julio en el CAAM dentro del ciclo CAAMsonora, a las 19.00
horas.
La acción toma su nombre —y su aliento conceptual— del
ensayo de Virginia Woolf, un clásico del feminismo literario del
siglo XX. «Lo usé de forma literal», explica Pinero, «porque ese texto habla de
la importancia de tener un espacio físico, económico y vital para poder crear.
Esa reivindicación sigue muy vigente». Su propuesta parte de esa necesidad de
resguardo, pero también de exposición: abre su proceso creativo al
público y se lanza, en directo, a improvisar con instrumentos,
sintetizadores y objetos, sin más guion que su intuición.
Paula Pinero, la artista tinerfeña que dará vida a la acción
sonora 'Una habitación propia' este jueves en el CAAM. / LP/DLP
Pinero, nacida en Tenerife en 1988, es
mucho más que percusionista: ha estudiado música antigua,
contemporánea, producción y composición audiovisual. Pero en esta pieza, más
que mostrar un currículum, se muestra a sí misma: «No es una obra
cerrada. Es como abrir la puerta de mi casa y que la gente entre a acompañarme
en ese momento de creación. Por eso me da vértigo».
Improvisar la intimidad
Una habitación propia no es un concierto,
ni una instalación sonora convencional. Es un híbrido vivo entre performance,
improvisación e intervención electroacústica. En lugar de ubicarse en un
solo punto de la sala polivalente del CAAM, la artista propone una
disposición cambiante: hay estaciones distribuidas con distintos
instrumentos que el público debe seguir y, especialmente, sentir.
«Quería romper con la idea de escenario y público pasivo. Aquí todos habitamos
el mismo espacio. Me muevo entre estaciones, y las personas también. Es una
experiencia compartida», explica la artista.
«Quería romper con la idea de escenario y público pasivo.
Aquí todos habitamos el mismo espacio. Me muevo entre estaciones, y las
personas también. Es una experiencia compartida»
Paula Pinero
Esa ruptura espacial también va acompañada de una
ambientación sonora envolvente: una electrónica basada en
drones —capas largas, flotantes, densas— que funcionan como extensión del
pensamiento. «Ese fondo representa lo que pienso mientras creo. No se puede
escuchar el pensamiento, pero esa textura es lo más parecido que puedo
ofrecer», comenta. Pinero ha dispuesto el sonido en cuadrafonía, con altavoces
en las cuatro esquinas de la sala, para generar una sensación
inmersiva total.
En esta acción, el cuerpo no es solo un instrumento,
sino un canal. Paula toca, camina, se desplaza, conecta. Hay objetos
sonoros, pero también gestos cargados de intención. «Todo pasa por el cuerpo.
Hay otros formatos de arte sonoro donde solo hay botones o pantallas. Aquí el
cuerpo actúa. Yo además trabajo mucho la conciencia corporal, practico yoga y
Feldenkrais, y eso influye. Mi movimiento también comunica», expresa.
La relación con el público no es anecdótica. Para ella, la
interacción directa, la cercanía física y la apertura del espacio escénico
tienen un componente casi terapéutico. «Estamos perdiendo la
capacidad de atención. Todo es rápido, fragmentado. Ir a un concierto, escuchar
sin mirar el móvil, prestar atención plena, es una forma de resistencia»,
sostiene. Cree que el arte sonoro, bien planteado, puede devolvernos a
un tipo de escucha profunda: «No es música de fondo. Esto es para quien
quiera realmente escuchar».
Cartel de Paula Pinero y su acción sonora 'Una habitación
propia', inspirada en la obra de Virginia Woolf. / LP / DLP
El poder de lo femenino y lo sonoro
La elección del texto de Woolf no es casual ni estética:
es política y
personal. Paula reivindica el espacio propio como algo que las mujeres han
tenido que conquistar históricamente, también en el ámbito del sonido. «La
electroacústica, el arte sonoro, han sido un refugio para muchas creadoras.
Mientras los escenarios más visibles estaban copados por hombres, nosotras
encontrábamos lugares en los laboratorios, en los interiores. Y desde ahí hemos
hecho cosas brutales», reflexiona.
«La electroacústica, el arte sonoro, han sido un refugio
para muchas creadoras»
Paula Pinero
Artistas como Pauline Oliveros, a quien Pinero
menciona como referente, han trazado caminos que conectan con su forma de
trabajar: atención plena, escucha expandida, libertad técnica y
emocional. En ese sentido, Una habitación propia no
es solo una obra: es un gesto de pertenencia, de ocupación simbólica y real.
El ciclo CAAMsonora, donde se enmarca
esta acción, nació en 2017 con la intención de acercar el arte sonoro al gran
público. Dirigido por el artista Paco Rossique, ha convocado a lo
largo de los años a creadores y creadoras que experimentan con los límites del
sonido, la percepción y el espacio.
Este jueves, el turno es para Paula. Y en su habitación
—hecha de vibraciones, recuerdos y futuros posibles— no hay puertas ni techos.
Solo un hilo invisible que la conecta consigo misma y con quienes estén
dispuestos a entrar. Aunque sea solo por un rato, aunque no entiendan todo,
porque a veces basta con escuchar.