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sábado, 24 de abril de 2021

Texto de Luis Francisco Pérez

SIN TÍTULO (pero con palabras)


El rótulo de esta exposición de últimos trabajos de Paco Rossique es Un espejo demorado, pero nada nos impide pensar (en un sentido plenamente artístico, pues el espectador también crea a su manera) que bien pudiera ser el título de una composición musical estructurada en cinco movimientos (lo que su autor ha dado en llamar Elementos), máxime conociendo la importancia profesional y sentimental (importancia por así de decir, de vida) que la música en todos sus manifestaciones –en ocasiones de manera directa, y otras más propias de “el jardín de senderos que se bifurcan”- ha tenido y tiene en la producción simbólica y creativa de nuestro artista. Tanto es así, y por poner un ejemplo muy significativo y en tiempo presente, que desde 2017 es el entregado comisario del ciclo CAAMSonora, que desde esa fecha se viene realizando en el CAAM de Las Palmas de Gran Canaria con el noble fin de investigar sobre las singularidades expresivas y estéticas del arte sonoro. Así pues, Un espejo demorado es el título de la composición (en su sentido más creativo, pero también, por supuesto, como “acción de música”) que Paco Rossique nos presenta e interpreta.


Elemento 1 o Primer Movimiento: El sonido de las horas (Poco Adagio quasi andante)


Pertenece a Henri Louis Bergson, filósofo idealista de las temporalidades subjetivas del ser, la frase El tiempo es invención o no es nada en absoluto”. De ahí que en la rara y silenciosa sonoridad de este movimiento su autor haya sabido estructurar muy bien los tres elementos que conforman el armazón intelectual de esta sección: materia, tiempo y movimiento, en tanto que formas de representación de la “durèe” de Bergson, donde no hay nada fuera del conocimiento y la intuición, elementos que engendran la realidad. Por eso en este reloj que piadosamente “no marca las horas”, como bien nos dijo el bolero, los números han sido reemplazados por notas musicales en su notación anglosajona y germana, dando así la razón a Bergson de que el tiempo es puramente invención. Recordemos que, siguiendo la notación clásica alemana, el si bemol se representa por la letra B, la es una A, do se corresponde con la C y si con la H: Bach, nada menos. Y aquí, afortunadamente, no hay nada de invención en este Tiempo. Pero sí una bellísima duración interminable, infinita, casi no humana.


Elemento 2 o Segundo Movimiento: El expectante (scherzo grottesco e molto umano)

La definición que del adjetivo “expectante” nos ofrece el diccionario de la RAE se nos antoja en exceso corta y prosaica, por no decir pobre: “Que espera observando, o está a la mira de algo”. En muchas ocasiones se nos olvida, o no reparamos con la debida atención o intensidad, que toda producción artística lleva incorporado su propio “diccionario”, y que nada tiene que ver con el que habitualmente “negociamos” cuestiones lingüísticas. Por supuesto, el arte es también una lengua, o muchas a la vez, pero obedece (y desobedece) a otras jerarquías y autoridades. Las 72 polaroids que su autor nos muestra en esta sección son 72 imágenes que deben más a los universos de la literatura y el cine, o de una cierta poesía, o a los naturales a determinados sonidos concretos, aunque no escuchemos sonido alguno. Los dos diminutos personajes que con cierta dificultad contemplamos en la escena creada me recuerdan tanto a las casi microscópicas figuras humanas que vemos en los imponentes paisajes de Poussin, como a los pacientes personajes de los dramas teatrales de Samuel Beckett, y que son ciertamente, aquí sí, expectantes que viven su situación con triste y delicado humor. Como acabamos de comprobar estos dos ejemplos citados nos resuelven muchas más dudas que la definición que nos ofrece la RAE.


Elemento 3 o Tercer Movimiento: De los cien sueños (Rêveries et Passions en do menor)


Estos “Sueños y Pasiones” es el título que Hector Berlioz dio a la primera parte de su extraordinaria Sinfonía Fantástica. Sobre esta obra escribió el propio compositor: “Para interpretar adecuadamente la “Fantástica” es menester una combinación de precisión extrema, brío irresistible, una vehemencia regulada, una ternura onírica y una melancolía casi mórbida”. Con total sinceridad: es imposible que de mi autoría surja mejor definición para estas cajas (creo recordar que Paco me comentó que también eran 72, igual número que las polaroids de El expectante) que las palabras, ya digo, recién transcritas de ese genial (y muy “raro”) compositor que fue Berlioz. Agregaría, eso sí, que estos “pequeños joyeros” parece que han sido creados a cuatro manos entre André Breton y Franz Kafka, tal es la intensa representación que en tan angosto espacio –o mejor: escenario- su hacedor ha logrado poner en escena; como si, en esta ocasión, Paco Rossique fuera el director artístico no ya de una ópera de cámara, pero sí de una “ópera de bolsillo”. Como bien diría Berlioz son, en esencia, sueños y pasiones. Ilusiones oníricas de representaciones imposibles.


Elemento 4 o Cuarto Movimiento: Partituras (Allegro molto - Misterioso - Un pochettino largamente - Largamente assai - Un pochettino stretto)


La larga y exagerada descripción de las diferentes tonalidades que aparecen junto al nombre de esta sección, elemento o movimiento, pertenece a la parte final de la (para mí) bellísima 5ª Sinfonía de Sibelius, escrita durante el fragor de la primera guerra mundial, y estrenada un año después, en 1919, en plena “gripe española”. Conviene aclarar que tan extensa y variada tonalidad ha sido aquí expuesta porque me resulta de gran utilidad para intentar reflejar o comprender la oceánica inmensidad que encierra toda partitura, documento que se diría que todos conocemos su significado, cuando en realidad una partitura es imposible que tenga un solo significado, pues en ese papel pautado cabe absolutamente todo, todo lo inabarcable quiero decir. Eso es la música. Tengo la gran suerte de escribir este texto mientras contemplo una “partitura” de Paco. No sabría describirla, pero lo intento. Un tarro cristal de tamaño mediano y debajo cinco letras que forman la palabra BACH. Pues bien, toda partitura es, y por encima de cualquier otra consideración, la belleza sonora de una imposibilidad. Y las 16 partituras que aquí contemplamos son 16 músicas, y en cada una de ellas existen y cohabitan todas las bellas e italianas tonalidades que escogió Sibelius para “explicar” la parte final de su sinfonía.


Elemento 5 o 5º Movimiento: Tácet Tactus (Andante con moto)



Entre la frase latina “tácet tactus” (toque silencioso), y la expresión italiana “andante con moto” (tranquilo, pero en movimiento) se manifiestan, a modo de territorio de abierta y opaca significación, el único trabajo en vídeo (dos pantallas unidas que muestran dos trabajos diferentes) que Paco Rossique presenta en la actual muestra. Vídeos o imagen en movimiento, o cine otro, o película de artista: diferentes calificaciones y todas igualmente válidas. En la historia de la música son relativamente pocos los compositores que han escrito obras o sinfonías con cinco movimientos (Mahler sería, quizá, el ejemplo más conocido), por eso estas dos delicadas filmaciones de imagen y sonido también pueden ser vistas o entendidas como una bella coda final, casi como un exquisito resumen de ese Espejo demorado que desde diferentes prismas reflectantes, desde diferentes elementos o movimientos, su autor ha sabido muy bien desarrollar y presentar. Por eso creo que importante cederle la palabra en este final a Paco Rossique. Hablando precisamente de este trabajo de Tácet Tactus: “A mi entender hay dos tipos de música, atendiendo en una mirada superficial al ritmo: una que obedece a la cadencia rítmica de los latidos del corazón y otra que obedece a la cadencia arrítmica de los impulsos eléctricos que emiten los astrocitos, células que transmiten y regulan la información entre las neuronas”.


Luis Francisco Pérez

Madrid, 21 de marzo del 2021